INVICTUS (2009)
Dirección: Clint Eastwood
Guión: Anthony Peckham (basado en la novela “El factor humano” de John Carlin)
Intérpretes: Morgan Freeman, Matt Damon, Tony Kgoroge, Patrick Mofokeng, Matt Stern, Julian Lewis Jones, Adjoa Andoh
Fotografía: Tom Stern
Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens
Duración: 133 min.
Invictus es el término latino para “invencible” y ¿podría haber un proyecto más invicto en el podio de las mejores películas de la temporada que una producción sobre la astuta estrategia de la que se sirvió Nelson Mandela para ir fortaleciendo la superación del appartheid en Sudáfrica mediante su apoyo incondicional a los Springboks (equipo nacional de rugby) logrando éste con su triunfo en el Campeonato Mundial de Rugby de 1995 un paso importante en el largo camino hacia la reconciliación de razas, dirigida por Clint Eastwood y con Morgan Freeman en el rol del lider sudafricano? Antes de ver el resultado, poco riesgo parecía existir al responder tal interrogante con una negativa. Sin embargo, la delgada línea que separa lo que “debería haber sido” de lo que “es” puede quedar trazada en el lugar más insospechado y deparar algunas sorpresas.
En el panorama cinematográfico actual el nombre de Clint Eastwood se ha convertido en sinónimo de acendrado clasicismo por mor de una trayectoria como director de cine prácticamente intachable, digna heredera de los grandes artesanos del Hollywood dorado. Característica inherente de su método de dirección es la soberbia fluidez que impregna su modo de narrar una historia, haciendo de la sobriedad el punto cardinal hacia el que siempre consigue orientarla. “Invictus” no constituye una excepción y es gracias a la mano de hierro de este veterano de la industria del entretenimiento que un tema de gran calado político-social como el tratado en el film no queda engullido por su propia importancia. Pocos planos sobran en este buen film (particularmente en la larga secuencia del partido final) que ofrece bastantes claves para entender una parte de la política de Mandela y nos da la oportunidad de calibrar el clima de tensión racial de una época no tan lejana mediante interesantes apuntes cinematográficos.
“Invictus” entretiene retratando de forma extremadamente mesurada acontecimientos históricos de honda repercusión colectiva y nos regala una egregia composición dramática a cargo de Morgan Freeman que habita a Nelson Mandela con profundísima comprensión y destilando idéntica grandeza interior (no en vano el lider sudafricano había declarado que Freeman era el único actor del mundo a quien veía interpretándolo).
¿Dónde radica pues el “porqué” que obstaculiza la consideración de “Invictus” como una obra mayor dentro de la filmografía de Clint Eastwood? Causa fundamental de ello toma cuerpo en un guión que deja numerosos cabos sueltos con respecto a la profusa información de la novela de John Carlin y que trivializa algunos de los datos que sí toma prestados de la misma. Reflejo de tal descompensación puede observarse en la imprecisión con la que aparece dibujada en el film la también muy importante figura de François Piennar (Matt Damon), capitán de los Springboks y aliado circunstancial de Mandela. Asimismo, existe en el guión un cierto distanciamiento de la interacción humana de los personajes (no sólo entre Piennar y Mandela, sino también entre el equipo de jugadores de rugby) que, sorprendentemente, Eastwood no consigue superar.
“Invictus” se nos presenta como clara constatación de que ni un director de la categoría de Eastwood es capaz de acertar siempre pudiendo quedarse a medio camino de la notabilidad de su arte. En resumen, que ni Clint “Harry, el sucio” Eastwood es infalible... Aunque ya quisieran muchos llegar siquiera a rozar la altura de sus obras menores.
Dirección: Clint Eastwood
Guión: Anthony Peckham (basado en la novela “El factor humano” de John Carlin)
Intérpretes: Morgan Freeman, Matt Damon, Tony Kgoroge, Patrick Mofokeng, Matt Stern, Julian Lewis Jones, Adjoa Andoh
Fotografía: Tom Stern
Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens
Duración: 133 min.
Invictus es el término latino para “invencible” y ¿podría haber un proyecto más invicto en el podio de las mejores películas de la temporada que una producción sobre la astuta estrategia de la que se sirvió Nelson Mandela para ir fortaleciendo la superación del appartheid en Sudáfrica mediante su apoyo incondicional a los Springboks (equipo nacional de rugby) logrando éste con su triunfo en el Campeonato Mundial de Rugby de 1995 un paso importante en el largo camino hacia la reconciliación de razas, dirigida por Clint Eastwood y con Morgan Freeman en el rol del lider sudafricano? Antes de ver el resultado, poco riesgo parecía existir al responder tal interrogante con una negativa. Sin embargo, la delgada línea que separa lo que “debería haber sido” de lo que “es” puede quedar trazada en el lugar más insospechado y deparar algunas sorpresas.
En el panorama cinematográfico actual el nombre de Clint Eastwood se ha convertido en sinónimo de acendrado clasicismo por mor de una trayectoria como director de cine prácticamente intachable, digna heredera de los grandes artesanos del Hollywood dorado. Característica inherente de su método de dirección es la soberbia fluidez que impregna su modo de narrar una historia, haciendo de la sobriedad el punto cardinal hacia el que siempre consigue orientarla. “Invictus” no constituye una excepción y es gracias a la mano de hierro de este veterano de la industria del entretenimiento que un tema de gran calado político-social como el tratado en el film no queda engullido por su propia importancia. Pocos planos sobran en este buen film (particularmente en la larga secuencia del partido final) que ofrece bastantes claves para entender una parte de la política de Mandela y nos da la oportunidad de calibrar el clima de tensión racial de una época no tan lejana mediante interesantes apuntes cinematográficos.
“Invictus” entretiene retratando de forma extremadamente mesurada acontecimientos históricos de honda repercusión colectiva y nos regala una egregia composición dramática a cargo de Morgan Freeman que habita a Nelson Mandela con profundísima comprensión y destilando idéntica grandeza interior (no en vano el lider sudafricano había declarado que Freeman era el único actor del mundo a quien veía interpretándolo).
¿Dónde radica pues el “porqué” que obstaculiza la consideración de “Invictus” como una obra mayor dentro de la filmografía de Clint Eastwood? Causa fundamental de ello toma cuerpo en un guión que deja numerosos cabos sueltos con respecto a la profusa información de la novela de John Carlin y que trivializa algunos de los datos que sí toma prestados de la misma. Reflejo de tal descompensación puede observarse en la imprecisión con la que aparece dibujada en el film la también muy importante figura de François Piennar (Matt Damon), capitán de los Springboks y aliado circunstancial de Mandela. Asimismo, existe en el guión un cierto distanciamiento de la interacción humana de los personajes (no sólo entre Piennar y Mandela, sino también entre el equipo de jugadores de rugby) que, sorprendentemente, Eastwood no consigue superar.
“Invictus” se nos presenta como clara constatación de que ni un director de la categoría de Eastwood es capaz de acertar siempre pudiendo quedarse a medio camino de la notabilidad de su arte. En resumen, que ni Clint “Harry, el sucio” Eastwood es infalible... Aunque ya quisieran muchos llegar siquiera a rozar la altura de sus obras menores.
